Las Brujas fueron y son, mujeres
libres, grandes conocedoras de los efectos y propiedades de las plantas. Las
plantas tienen poderes curativos, también son capaces de expandir el estado de
conciencia, y como no puede ser de otra forma, pueden matar.
“Aquello que puede curar, puede
matar”.
La tradición oral de mujeres a mujeres
era la forma más común de extender y compartir un conocimiento ancestral, que
viene dado desde el principio de los tiempos, en los cuales las mujeres eran
quienes estaban a cargo de la recolección de alimentos para la tribu.
Las Brujas, curanderas y herbolarias, eran veneradas por el bien que suponían para su comunidad, y por la sabiduría
adquirida a través del estudio, la contemplación y la experimentación con todo lo que les era
ofrecido por la madre naturaleza.
Representación griega de Hékate |
No fue hasta la Edad Media, de mano de
la iglesia cuando se definió la brujería cómo la adoración al diablo y se
crearon los instrumentos necesarios para ir poco a poco perpetrando su
exterminio, siendo éste uno de los más grandes feminicidios en la historia de
la humanidad.
Representación medieval de quema de mujeres en la hoguera |
Tratados como el “MalleusMaleficarum”, en el que sólo la posesión de
un ungüento de hierbas era motivo para acusar a una mujer de brujería, y
la labor de los inquisidores del momento condenando a esas mujeres a la hoguera
son claros ejemplos de ello.
El Martillo de las Brujas |
Esas mujeres, que conocían las plantas
como nadie, hacían un uso general de todas ellas, pero todas las bibliotecas
paganas y todo ese saber ancestral, fueron quemados como ofrenda a la “Santa
Madre Iglesia “, la misma institución que consideró demoníaco el famoso
ungüento de las brujas, ya que defendían que era el que esos ungüentos los
llevaban las brujas al aquelarre con el diablo.
Ese ungüento se obtenía principalmente
de plantas de la familia de las solanáceas. Estas mismas plantas han sido
usadas a lo largo de los años por diversas culturas cómo vehículos para
realizar viajes espirituales, se usan para expandir los estados de conciencia,
y llegar a estados de trance y de éxtasis
que tienen como fin la sanación, la búsqueda de protección….
Planta de Belladona, familia de las solanáceas |
Estos son los estados a los que la Inquisición denominaba
“ posesión demoníaca”
Acabamos cómo empezamos, las brujas
eran y son, mujeres con sabiduría, maestras conocedoras de las plantas y la
naturaleza, que preparaban sus “pócimas de hierbas” en armonía con las
influencias cíclicas de los elementos y los astros.