El
momento de la floración es uno de los más ilusionantes de nuestro cultivo. En
exterior este momento se da, en nuestro hemisferio y con variedades
fotodependientes, entre los meses de agosto y octubre, en el caso de variedades
sátivas se puede alargar la floración incluso hasta diciembre.
La
mayoría de la gente que cultiva busca grandes flores, con mucha resina, olor y
sabor intenso, cogollos compactos, bien estructurados y pesados.
La
mejor opción para conseguirlos es proporcionarle a la planta todo lo que
necesita desde el primer día. Horas de sol suficientes, un suelo fértil, rico y
abundante agua. Sin embargo, una ayuda extra en floración, como los
estimuladores, nos facilitará la tarea y nos aseguraremos una cosecha más
abundante.
Planta en plena floración |
Conocer
la composición de los productos que vamos a usar es importante, para saber
actuar en momentos de carencias o enfermedades, y para tomar decisiones con
criterio a la hora de incluir o prescindir de algún producto en nuestro
cultivo.
En este
artículo vamos a intentar explicar para qué sirven algunos de los componentes
que nos vamos a encontrar en la formulación de estos productos. Normalmente,
aunque no viene demasiada información sobre la composición de los mismos, según
los fabricantes para evitar la copia, nos encontraremos con algunos de los
siguientes ingredientes:
MACRONUTRIENTES,
son los nutrientes que más demandan nuestras plantas, son el Nitrógeno (N), el
Fósforo (P) y el Potasio (K). Cuando comienza la fase de floración, la
producción de clorofila de nuestras plantas decrece, por lo que necesitan menos
cantidad de nitrógeno, sin embargo aumenta la absorción de fósforo y potasio
para promover la formación de los cogollos. Por eso es tan habitual el uso de
abonos con altos niveles de P-K (el más conocido es el P/K 13/14 que no es más
que un abono mineral muy rico en fósforo y potasio). Para asegurarnos de la
correcta absorción de los nutrientes es necesario corregir el PH de la solución
nutriente, para que esté entre 5.8 y 6.6.
NUTRIENTESSECUNDARIOS, son también tres el Magnesio (Mg), el Calcio (Ca) y el Azufre (S).
Por lo general las plantas requieren también gran cantidad de estos nutrientes
para su desarrollo y floración.
MICRONUTRIENTES
U OLIGOELEMENTOS, son necesarios en cantidades muy pequeñas, pero su falta
afecta mucho al desarrollo de la planta y a la salud de los microorganismos del
suelo. Actúan como catalizadores en muchos de los procesos metabólicos de las
plantas, por lo que es necesario asegurar la correcta administración de los
mismos. La mejor forma de hacerlo es el uso de quelatos o agentes quelatantes.
El ácido húmico y el ácido cítrico son dos quelatos naturales que pueden
añadirse sin problema a las mezclas orgánicas de tierra.
Etiquetado de un abono con quelatos en su composición |
HORMONAS VEGETALES, son sustancias sintetizadas por las propias plantas, que actúan a muy bajas concentraciones regulando el crecimiento, desarrollo y metabolismo del vegetal. Por lo general, son producidas en una parte de la planta y luego son transportadas donde se necesitan. Se clasifican en Auxinas, Citokininas, Giberelinas, Etileno y Ácido abcísico. Estas hormonas suelen venir ya incorporadas en la proporción adecuada en algunos de los bioestimuladores y aditivos que se encuentran en el mercado.
SILICIO,
es un elemento químico metaloide muy abundante en la corteza terrestre, pero
completamente ausente en los fertilizantes tradicionales. Su presencia resulta
muy beneficiosa para las plantas. Refuerza las paredes celulares y aumenta la
integridad estructural de la planta, estimula su sistema inmunitario y
defensivo protegiéndola del ataque de plagas y enfermedades. También podría
reforzar los tricomas glandulares y aumentar su tamaño. El silicio se puede
mezclar en el agua de riego o pulverizar sobre las plantas. La aplicación en
las últimas semanas de floración no es muy recomendable, debido a que son
retardantes del fuego y podría afectar a la combustibilidad de los cogollos.
Una fuente natural de sílice muy empleada en agricultura ecológica es la
infusión de cola de caballo.
Cola de caballo |
AMINOÁCIDOS,
son moléculas ricas en nitrógeno que participan de la construcción de las
moléculas biológicas de las plantas, como las proteínas, las vitaminas o los
alcaloides. Potencian la respuesta y la resistencia de la planta frente a
situaciones estresantes como sequías, riego excesivo, heladas, temperaturas muy
altas, enfermedades, plagas, exceso de sales… Activan la vida microbiana del
suelo, aumentan la producción y el cuajado de los frutos.
CARBOHIDRATOS,
son azúcares, moléculas orgánicas compuestas de carbono, hidrógeno y oxígeno.
Constituyen la forma biológica principal de almacenamiento y consumo de
energía. Sirven de alimento a los microorgnismos del suelo, que son los
encargados de la fertilidad del mismo. Aumentan el peso y contribuyen a
endulzar el sabor final de los cogollos, por lo que suelen ser uno de los
ingredientes principales de los estimuladores de floración. Generalmente se
usan azúcares y melazas en la elaboración de estos compuestos.
ENZIMAS,
son moléculas de naturaleza proteica que catalizan reacciones químicas. Están
formadas por combinaciones de aminoácidos y las plantas y los animales las
utilizan para acelerar las reacciones químicas que se producen dentro del
organismo. En el cultivo, las enzimas estimulan la vida del suelo y la
descomposición de materia orgánica lo que libera nutrientes que fertilizan las plantas de modo natural, las enzimas
también estimulan el crecimiento de las plantas. Cuando usemos enmiendas ricas
en enzimas conviene medir y corregir los niveles de PH del caldo de riego
(5.8-6.6) y asegurarnos de que éstos sean los adecuados para el cultivo.
TRIACONTANOL,
es un alcohol de cadena larga que se obtiene de la harina de alfalfa, aunque
también está presente en la cera de abejas o en la cera que recubren las
frutas. Su aplicación aumenta la actividad fotosintética y además regula el
crecimiento de las plantas.
Trichoderma Harzianum |
HONGOS,
como las Micorrizas y las Trichodermas se encuentran de forma habitual en la
naturaleza y establecen una relación simbiótica con las raíces de las plantas.
Estimulan el crecimiento de las raíces y su resistencia al estrés, así como un
aumento de la protección ante hongos patógenos como Pythium o Fusarium.
BACTERIAS,
elaboran una serie de metabolitos como vitaminas, enzimas y otros compuestos
beneficiosos para la planta, que estimulan el crecimiento y desarrollo de las
plantas, además tienen una importante función bio-fungicida que controla
mediante mecanismo antibiosis los hongos fitopatógenos del suelo como
Alternaria, Fusarium, Phytophtora, Rhizoctomia y Sclerotium.