Comienza
la primavera, y con ella la temporada de cultivo en exterior. Algunas personas
ya han comenzado a sembrar sus semillas de marihuana, las ganas y el buen
tiempo hacen que mucha gente no pueda esperar más. Nosotras aconsejamos esperar
al mes de abril para empezar a germinar, ya que tanto el fotoperiodo solar,
como la climatología van a ser más favorables para el desarrollo de nuestras
plántulas, y evitaremos que éstas se paralicen en su proceso de crecimiento,
debido a los últimos fríos del invierno, heladas de última hora y las bajas
temperaturas de la tierra, sobre todo en las fases nocturnas.
semillas germinadas |
Una de
las preguntas más habituales a la que respondemos en nuestro Espacio Cannábico
es ¿debo germinar mis semillas? Nosotras respondemos que sí. En este artículo
explicaremos cómo podéis proceder para evitar problemas y errores en esta fase
de germinación.
Existen
diferentes métodos de germinación y
seguramente, dejaremos unos cuantos en el tintero, sin embargo los más
habituales son los que explicaremos a continuación. Uno de los factores más
importantes a tener en cuenta es la temperatura a la que trabajaremos con las
semillas. Debemos germinar en un ambiente cálido (entre 22ºC y 26ºC), para
evitar cualquier problema con las semillas. Las diferentes variedades hacen que
no todas las semillas necesiten la misma temperatura para germinar, las sátivas
procedentes de climas cálidos germinarán mejor en temperaturas más cálidas,
aunque es conveniente no superar los 33ºC sin embargo, las variedades índicas pueden
germinar sin problemas a escasos 20ºC. Es importante tener cuidado y delicadeza
en la manipulación de las semillas, ya que son muy delicadas y contienen toda
la energía vital a partir de la cual se desarrollará nuestra planta.
El
primer paso consiste en despertar la semilla, mediante humedad y temperatura.
Esto podemos realizarlo sobre servilletas de papel bien húmedas, colocadas
entre dos platos para evitar que les afecte la luz y se deshidraten. Este paso
es importante hacerlo en un ambiente sin apenas luz, o en penumbra. Evitaremos
realizar esta operación en algodón, ya que las fibras del algodón se pueden
enredar en las microraíces que se generan y podríamos dañar la semilla al
manipularla. Es conveniente vigilar todos los días la servilleta y controlar que
no se seca así que, pulverizaremos sobre el
papel las veces que sea necesario. A lo largo de los días, la raíz
aparecerá rompiendo la cáscara de la semilla. Esto puede tardar entre 3 y 10
días, así que es importante tener paciencia.
semillas sumergidas en agua |
También
podemos despertar las semillas introduciéndolas en un vaso con agua, de esta
manera la raíz asomará en dos o tres días. Es importante estar atentas y no
dejar la semilla sumergida en agua más de este periodo, ya que si no podría
pudrirse y perderse.
También
conviene evitar que la raíz se desarrolle más de la cuenta fuera de la tierra.
En el momento en que la raíz rompa la cáscara debemos pasar la semilla a una
maceta pequeña o semillero con turba, para que realice su proceso de
crecimiento radicular en su medio. Si dejamos que la raíz crezca demasiado, la
planta desaprovechará esa energía que necesita para crear los cotiledones, que
son los primeros brotes que se desarrollan, y donde se acumula la energía
necesaria para comenzar a realizar la fotosíntesis
semilla abriéndose en el sustrato |
.
No
debemos enterrar muy profunda la semilla, medio centímetro de profundidad será
suficiente, y tampoco debemos presionar la tierra sobre ella. Es importante
facilitarle a la semilla su salida.
En este
momento, las plantitas germinadas ya necesitan luz, aunque hay que tener mucho
cuidado con ellas, es importante protegerlas del exceso de humedad, del exceso
de sol, de los pájaros y depredadores. Podemos protegerlas con un invernadero,
o cubriéndolas con botellas cortadas y abiertas, que harán un papel parecido
sino contamos con un propagador.
Podemos
usar un enraizante durante el primer mes de vida de nuestras plantas, para
generar un sistema radicular fuerte, que tendrá beneficios para la planta a lo
largo de su crecimiento, o germinar leguminosas cerca de la misma semilla.
A
partir de este momento, nuestra planta comenzará el desarrollo, la fase de
crecimiento, y con ella nuestras ilusiones. ¡Feliz siembra!