miércoles, 1 de abril de 2015

GERMINACIÓN

Comienza la primavera, y con ella la temporada de cultivo en exterior. Algunas personas ya han comenzado a sembrar sus semillas de marihuana, las ganas y el buen tiempo hacen que mucha gente no pueda esperar más. Nosotras aconsejamos esperar al mes de abril para empezar a germinar, ya que tanto el fotoperiodo solar, como la climatología van a ser más favorables para el desarrollo de nuestras plántulas, y evitaremos que éstas se paralicen en su proceso de crecimiento, debido a los últimos fríos del invierno, heladas de última hora y las bajas temperaturas de la tierra, sobre todo en las fases nocturnas.
semillas germinadas
Una de las preguntas más habituales a la que respondemos en nuestro Espacio Cannábico es ¿debo germinar mis semillas? Nosotras respondemos que sí. En este artículo explicaremos cómo podéis proceder para evitar problemas y errores en esta fase de germinación.
Existen diferentes métodos de germinación  y seguramente, dejaremos unos cuantos en el tintero, sin embargo los más habituales son los que explicaremos a continuación. Uno de los factores más importantes a tener en cuenta es la temperatura a la que trabajaremos con las semillas. Debemos germinar en un ambiente cálido (entre 22ºC y 26ºC), para evitar cualquier problema con las semillas. Las diferentes variedades hacen que no todas las semillas necesiten la misma temperatura para germinar, las sátivas procedentes de climas cálidos germinarán mejor en temperaturas más cálidas, aunque es conveniente no superar los 33ºC  sin embargo, las variedades índicas pueden germinar sin problemas a escasos 20ºC. Es importante tener cuidado y delicadeza en la manipulación de las semillas, ya que son muy delicadas y contienen toda la energía vital a partir de la cual se desarrollará nuestra planta.
El primer paso consiste en despertar la semilla, mediante humedad y temperatura. Esto podemos realizarlo sobre servilletas de papel bien húmedas, colocadas entre dos platos para evitar que les afecte la luz y se deshidraten. Este paso es importante hacerlo en un ambiente sin apenas luz, o en penumbra. Evitaremos realizar esta operación en algodón, ya que las fibras del algodón se pueden enredar en las microraíces que se generan y podríamos dañar la semilla al manipularla. Es conveniente vigilar todos los días la servilleta y controlar que no se seca así que, pulverizaremos sobre el  papel las veces que sea necesario. A lo largo de los días, la raíz aparecerá rompiendo la cáscara de la semilla. Esto puede tardar entre 3 y 10 días, así que es importante tener paciencia.
semillas sumergidas en agua
También podemos despertar las semillas introduciéndolas en un vaso con agua, de esta manera la raíz asomará en dos o tres días. Es importante estar atentas y no dejar la semilla sumergida en agua más de este periodo, ya que si no podría pudrirse y perderse.
También conviene evitar que la raíz se desarrolle más de la cuenta fuera de la tierra. En el momento en que la raíz rompa la cáscara debemos pasar la semilla a una maceta pequeña o semillero con turba, para que realice su proceso de crecimiento radicular en su medio. Si dejamos que la raíz crezca demasiado, la planta desaprovechará esa energía que necesita para crear los cotiledones, que son los primeros brotes que se desarrollan, y donde se acumula la energía necesaria para comenzar a realizar la fotosíntesis
semilla abriéndose en el sustrato
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No debemos enterrar muy profunda la semilla, medio centímetro de profundidad será suficiente, y tampoco debemos presionar la tierra sobre ella. Es importante facilitarle a la semilla su salida.
En este momento, las plantitas germinadas ya necesitan luz, aunque hay que tener mucho cuidado con ellas, es importante protegerlas del exceso de humedad, del exceso de sol, de los pájaros y depredadores. Podemos protegerlas con un invernadero, o cubriéndolas con botellas cortadas y abiertas, que harán un papel parecido sino contamos con un propagador.
Podemos usar un enraizante durante el primer mes de vida de nuestras plantas, para generar un sistema radicular fuerte, que tendrá beneficios para la planta a lo largo de su crecimiento, o germinar leguminosas cerca de la misma semilla.

A partir de este momento, nuestra planta comenzará el desarrollo, la fase de crecimiento, y con ella nuestras ilusiones. ¡Feliz siembra!