miércoles, 20 de agosto de 2014

PLAGAS Y ENFERMEDADES II. EL OIDIO



El oidio o cenicilla (Ascomycotina pyrenomycetes)  es otra enfermedad que puede darse en nuestras plantas de cannabis. Esta enfermedad ataca a las partes aéreas de la plantas en las zonas templadas y subtropicales. Es una enfermedad que no solo ataca a las plantas de cannabis, también es muy importante en el cultivo de la vid, frutales, plantas de jardín como rosas y claveles, en cucurbitáceas (melones, pepinos…), fresas y tomateras.

El oidio es un patógeno obligado, esto significa que necesita para vivir de sustancias que son sintetizadas por la planta. El oidio es un hongo biotrófico,  esto significa que se nutren de su huésped vivo (nuestra planta), absorbiendo de las células de la epidermis los nutrientes necesarios. Esta forma de absorción, altera de forma irreversible el metabolismo de las células infectadas (respiración y transpiración).

 Esta enfermedad es fácilmente de diagnosticar por sus síntomas: formación de pústulas o manchas, formadas por fases hifales polvorientas y órganos fructíferos sobre el haz de las hojas. El color de estas manchas varía desde un color que va del blanco al grisáceo. Aunque es una enfermedad principalmente de la parte aérea también puede afectar a otras partes de la planta cuando la infección es grave y las condiciones climáticas lo permitan.

 
Primeros síntomas de la aparición del Oidio. Fuente: Archivo fotográfico Indika

Oidio o cenicilla en su fase más avanzada. Fuente: Archivo fotográfico Indika

 En el caso de que nuestra planta muera debido a la infección de este hongo, el hongo puede reproducirse y permanecer invernando en forma de micelio hasta que las condiciones climáticas son favorables (primavera-verano) cuando liberan las ascosporas responsables de la infección primaria de dicho hongo. Por ello es importante si hemos sufrido un ataque de este hongo en nuestras plantas que realicemos una buena desinfección aunque lo más recomendable es desechar todo el tiesto completo donde ha aparecido la infección. Si la infección ha ocurrido en suelo, es importante alejarlo de otros cultivos sensibles al ataque de dicho hongo y procurar por todos los medios renovar la parte de sustrato en el cual se ha desarrollado la planta así como eliminar todos los restos vegetales de la planta infectada.

Dentro de las especies de Oidios que atacan el cannabis están las que afectan a las fresas y al tomate, por lo cual es importante que nuestro cultivo no esté muy cerca de dichos cultivos, con el fin de que, si cualquiera de ellos se infectaran no pudiera alcanzar nuestras plantas de cannabis y viceversa.
La mayoría de las veces su aparición está causada por abonos excesivamente cargados de nitrógeno, condiciones de poca luz, exceso de humedad, abuso de tratamientos químicos, o una mezcla de éstas causas. 

El control de esta enfermedad pasa por corregir sus causas y se arregla fácilmente con aplicaciones de polvos minerales de azufre, con preparados vegetales como el purín o decocción de Cola de Caballo (Equisetum hyemale) y el purín de Salvia (Salvia officinalis).

Cola de Caballo, método de combate ecológico contra el Oidio. Fuente: Archivo fotográfico Indika



martes, 12 de agosto de 2014

CARENCIAS DE NUTRIENTES I (N, Fe y Zn)




Durante los meses de julio y agosto, las plantas en exterior comienzan a entrar en la fase de floración. Si hemos aportado  la proporción correcta de nutrientes durante la fase de crecimiento, nos encontraremos con unas plantas saludables, de color verde intenso que estarán comenzando a mostrar las primeras preflores femeninas. Actualmente, la mayoría de las personas que  cultivan eligen genéticas feminizadas, lo que implica evitar el sexado de nuestras  plantas sin embargo, si nuestra genética es regular, será necesario localizar los machos y sacarlos de nuestro cultivo, para evitar la polinización de nuestras plantas hembra, si lo que buscamos es recoger flores sin semillas. Normalmente, las preflores macho aparecen antes que las hembras, en plantas que habitualmente suelen ser de portes más altos y distancia internodal mayor que en las hembras. Aunque este tema lo trataremos con más profundidad  en futuros post.

 Volviendo al tema de la nutrición, si por el contrario no hemos añadido correctamente los nutrientes, es muy probable que nos encontremos con carencias en nuestras plantas. Las más habituales en la fase final del crecimiento son:

Carencia de  Nitrógeno (N)
La marihuana durante el crecimiento vegetativo precisa de niveles altos de nitrógeno, y según va avanzando su desarrollo y adentrándose en la fase de floración, irá disminuyendo las necesidades de este macronutriente móvil. El nitrógeno es arrastrado con facilidad por el agua de riego, así que debe reponerse con regularidad y también con cuidado, para no generar tampoco un exceso, sobre todo si trabajamos con macetas.
Este nutriente es esencial para la producción de aminoácidos, enzimas, ácidos nucleicos, clorofila y alcaloides, siendo el principal responsable del crecimiento de hojas y tallos, así como del tamaño y el vigor de nuestra planta. La carencia de nitrógeno es una de las más habituales y la planta expresa síntomas como la ralentización del crecimiento, el amarilleamiento de las hojas más viejas entre los nervios (clorosis), la caída de las hojas más afectadas, en un estado más avanzado de la carencia el amarilleamiento del follaje y en ocasiones, los tallos y el envés de las hojas se vuelven de color rojo púrpura. Para resolver este problema tendremos que añadir un abono completo N-P-K que proceda de fuentes orgánicas. Existen muchas posibilidades actualmente en el mercado dentro de la agricultura ecológica como el humus de lombriz, abonos elaborados con restos de pescado,  estiércol de aves, purín (NH4) o el caldo de ortigas. Es importante tener cuidado en su aportación para no quemar las plantas. 



Progresión de la carencia de N en hojas. Fuente:www.agrobeta.com

Carencia de Hierro (Fe)
De todos los micronutrientes esenciales para la formación de clorofila, el hierro es el más demandado por la planta. Esta es una de las carencias más habituales de microelementos, junto a la de zinc y manganeso, sobre todo en climas áridos, con suelos y aguas alcalinas, como es nuestro caso. El hierro permite que las plantas utilicen la energía que aporta el azúcar  y como catalizador de la producción de clorofila, es fundamental en la reducción y asimilación de los nitratos y sulfatos. El hierro es un microelemento muy poco móvil en la planta así que, en caso de una carencia, observaremos los síntomas en las zonas de nueva formación, como los brotes jóvenes y las hojas más pequeñas, cuyos nervios permanecen verdes, mientras amarillean los espacios entre ellos. La clorosis férrica comienza en el extremo opuesto de la punta de la hoja, en el ápice de la hoja. Los filos de las hojas pueden volverse hacia arriba a medida que avanza la deficiencia, y  pueden caer en los casos más severos. Ante los primeros síntomas de esta carencia tendremos que observar y controlar el PH del sustrato y de la solución nutriente, reduciéndolo hasta 6.5. Es importante evitar el uso de de fertilizantes que contengan cantidades excesivas de manganeso, zinc y cobre, ya que inhiben la absorción del hierro.  El suelo excesivamente mojado retiene poco oxígeno para la absorción del hierro. Si se añade hierro quelatado en  líquido, la luz acabará con el hierro así que es importante no exponer la solución nutriente a la misma. Las fuentes orgánicas de hierro son el estiércol de vaca, de caballo y de gallina. Usa sólo estiércol bien descompuesto para evitar que se quemen las plantas. También hay que incorporarlo mezclándolo bien con el sustrato con el fin de homogeneizar bien la mezcla. Sobre los tipos de estiércol y otras enmiendas orgánicas hablaremos en futuros post ya que hay que saber muy bien que riqueza de nutrientes tienen con el fin de saber que cantidad y en que momento del ciclo adicionarlos.
Clorosis férrica, por carencia de Fe. Fuente : Archivo fotográfico de La Indika


 Carencia de Zinc (Zn)
Esta es una de las carencias más habituales en las plantas de exterior. Este microelemento móvil coopera con otros para asistir en la formación de clorofila y evitar que se descomponga, es esencial como catalizador de la mayoría de las enzimas y auxinas de la planta y es crucial para el crecimiento del tallo. La principal causa de esta carencia es un pH básico del medio de cultivo o de la solución nutriente. También el exceso de abonos fosfatados bloquea la absorción del Zn.
El primer síntoma de deficiencia de zinc es una parada general del desarrollo de la planta y la aparición de entrenudos cortos. Las hojas y brotes nuevos desarrollan hojuelas pequeñas y finas que se retuercen y arrugan, además aparece la clorosis entre los nervios de las hojas jóvenes y las puntas de estas hojas acaban quemándose.
No es habitual que un suelo tenga concentraciones de zinc menores de las necesarias para el cannábis, así que ante la presencia de síntomas de carencia de zinc, tendremos que observar los factores que dificultan la absorción del mismo. Lavaremos nuestro medio de cultivo y regularemos el nivel de pH del medio y de la solución nutriente a 6,5. También podremos aplicar abono foliar que contenga oligoelementos en forma de quelatos de zinc , mientras encontramos las posibles causas de esta carencia.

Carencia de Zn en hojas. Fuente: archivo fotográfico Indika

Como habréis podido observar mantener un pH óptimo puede ayudarnos a controlar los nutrientes, ya que cada uno de ellos se podrá dar de mayor o menor medida en nuestro sustrato según el valor de pH que tengamos. En la tabla siguiente se muestra en que valores de pH obtendremos mayores concentraciones de nutrientes.

El pH y los nutrientes. Fuente:archivo fotográfico Indika

En el caso de los nutrientes de los que se compone este post, para el nitrógeno el pH óptimo será el comprendido entre los valores 6 y 8. Para el hierro el pH óptimo se encontrará entre los valores 4 y 6,5. Para el Zinc nuestros valores óptimos serán los comprendidos entre 5 y 7.  Esta tabla nos muestra de una manera clara los pH óptimos para los nutrientes, con tan solo echar una mirada rápida. 


Bibliografia: - J. Cervantes "Marihuana:horticultura del cannabis. Biblia del cultivador médico de interior y exterior".Van Patten Publishing, Inc. 2007
                   - M. Salami "Cannabis Sativa L." Dr. Grow`s produtions. 2008