Durante los meses de julio y agosto, las
plantas en exterior comienzan a entrar en la fase de floración. Si hemos
aportado la proporción correcta de
nutrientes durante la fase de crecimiento, nos encontraremos con unas plantas
saludables, de color verde intenso que estarán comenzando a mostrar las
primeras preflores femeninas. Actualmente, la mayoría de las personas que cultivan eligen genéticas feminizadas, lo que
implica evitar el sexado de nuestras
plantas sin embargo, si nuestra genética es regular, será necesario
localizar los machos y sacarlos de nuestro cultivo, para evitar la polinización
de nuestras plantas hembra, si lo que buscamos es recoger flores sin semillas.
Normalmente, las preflores macho aparecen antes que las hembras, en plantas que
habitualmente suelen ser de portes más altos y distancia internodal mayor que
en las hembras. Aunque este tema lo trataremos con más profundidad en futuros post.
Volviendo
al tema de la nutrición, si por el contrario no hemos añadido correctamente los
nutrientes, es muy probable que nos encontremos con carencias en nuestras
plantas. Las más habituales en la fase final del crecimiento son:
Carencia de Nitrógeno (N)
La marihuana durante el crecimiento
vegetativo precisa de niveles altos de nitrógeno, y según va avanzando su
desarrollo y adentrándose en la fase de floración, irá disminuyendo las
necesidades de este macronutriente móvil. El nitrógeno es arrastrado con facilidad
por el agua de riego, así que debe reponerse con regularidad y también con
cuidado, para no generar tampoco un exceso, sobre todo si trabajamos con
macetas.
Este nutriente es esencial para la producción
de aminoácidos, enzimas, ácidos nucleicos, clorofila y alcaloides, siendo el
principal responsable del crecimiento de hojas y tallos, así como del tamaño y
el vigor de nuestra planta. La carencia de nitrógeno es una de las más
habituales y la planta expresa síntomas como la ralentización del crecimiento,
el amarilleamiento de las hojas más viejas entre los nervios (clorosis), la
caída de las hojas más afectadas, en un estado más avanzado de la carencia el
amarilleamiento del follaje y en ocasiones, los tallos y el envés de las hojas
se vuelven de color rojo púrpura. Para resolver este problema tendremos que
añadir un abono completo N-P-K que proceda de fuentes orgánicas. Existen muchas
posibilidades actualmente en el mercado dentro de la agricultura ecológica como
el humus de lombriz, abonos elaborados con restos de pescado, estiércol de aves, purín (NH4) o el caldo de ortigas. Es importante tener cuidado
en su aportación para no quemar las plantas.
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Progresión de la carencia de N en hojas. Fuente:www.agrobeta.com |
Carencia de Hierro (Fe)
De todos los micronutrientes esenciales para
la formación de clorofila, el hierro es el más demandado por la planta. Esta es
una de las carencias más habituales de microelementos, junto a la de zinc y
manganeso, sobre todo en climas áridos, con suelos y aguas alcalinas, como es
nuestro caso. El hierro permite que las plantas utilicen la energía que aporta
el azúcar y como catalizador de la
producción de clorofila, es fundamental en la reducción y asimilación de los
nitratos y sulfatos. El hierro es un microelemento muy poco móvil en la planta
así que, en caso de una carencia, observaremos los síntomas en las zonas de
nueva formación, como los brotes jóvenes y las hojas más pequeñas, cuyos
nervios permanecen verdes, mientras amarillean los espacios entre ellos. La
clorosis férrica comienza en el extremo opuesto de la punta de la hoja, en el
ápice de la hoja. Los filos de las hojas pueden volverse hacia arriba a medida
que avanza la deficiencia, y pueden caer
en los casos más severos. Ante los primeros síntomas de esta carencia tendremos
que observar y controlar el PH del sustrato y de la solución nutriente,
reduciéndolo hasta 6.5. Es importante evitar el uso de de fertilizantes que
contengan cantidades excesivas de manganeso, zinc y cobre, ya que inhiben la
absorción del hierro. El suelo excesivamente
mojado retiene poco oxígeno para la absorción del hierro. Si se añade hierro
quelatado en líquido, la luz acabará con
el hierro así que es importante no exponer la solución nutriente a la misma.
Las fuentes orgánicas de hierro son el estiércol de vaca, de caballo y de
gallina. Usa sólo estiércol bien descompuesto para evitar que se quemen las
plantas. También hay que incorporarlo mezclándolo bien con el sustrato con el
fin de homogeneizar bien la mezcla. Sobre los tipos de estiércol y otras
enmiendas orgánicas hablaremos en futuros post ya que hay que saber muy bien
que riqueza de nutrientes tienen con el fin de saber que cantidad y en que
momento del ciclo adicionarlos.
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Clorosis férrica, por carencia de Fe. Fuente : Archivo fotográfico de La Indika |
Carencia
de Zinc (Zn)
Esta es una de las carencias más habituales
en las plantas de exterior. Este microelemento móvil coopera con otros para
asistir en la formación de clorofila y evitar que se descomponga, es esencial
como catalizador de la mayoría de las enzimas y auxinas de la planta y es
crucial para el crecimiento del tallo. La principal causa de esta carencia es
un pH básico del medio de cultivo o de la solución nutriente. También el exceso
de abonos fosfatados bloquea la absorción del Zn.
El primer síntoma de deficiencia de zinc es
una parada general del desarrollo de la planta y la aparición de entrenudos
cortos. Las hojas y brotes nuevos desarrollan hojuelas pequeñas y finas que se
retuercen y arrugan, además aparece la clorosis entre los nervios de las hojas
jóvenes y las puntas de estas hojas acaban quemándose.
No es habitual que un suelo tenga
concentraciones de zinc menores de las necesarias para el cannábis, así que
ante la presencia de síntomas de carencia de zinc, tendremos que observar los
factores que dificultan la absorción del mismo. Lavaremos nuestro medio de
cultivo y regularemos el nivel de pH del medio y de la solución nutriente a 6,5.
También podremos aplicar abono foliar que contenga oligoelementos en forma de
quelatos de zinc , mientras encontramos las posibles causas de esta carencia.
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Carencia de Zn en hojas. Fuente: archivo fotográfico Indika |
Como habréis podido observar mantener un pH
óptimo puede ayudarnos a controlar los nutrientes, ya que cada uno de ellos se
podrá dar de mayor o menor medida en nuestro sustrato según el valor de pH que
tengamos. En la tabla siguiente se muestra en que valores de pH obtendremos
mayores concentraciones de nutrientes.
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El pH y los nutrientes. Fuente:archivo fotográfico Indika |
En el caso de los nutrientes de los que se
compone este post, para el nitrógeno el pH óptimo será el comprendido entre los
valores 6 y 8. Para el hierro el pH óptimo se encontrará entre los valores 4 y
6,5. Para el Zinc nuestros valores óptimos serán los comprendidos entre 5 y 7. Esta tabla nos muestra de una manera clara los
pH óptimos para los nutrientes, con tan solo echar una mirada rápida.
Bibliografia: - J. Cervantes "Marihuana:horticultura del cannabis. Biblia del cultivador médico de interior y exterior".Van Patten Publishing, Inc. 2007
- M. Salami "Cannabis Sativa L." Dr. Grow`s produtions. 2008